Pero esta vez no hubo problemas entre los Pinchas y los Triperos sino que la
gresca se produjo entre jugadores y dirigentes de Gimnasia.
La pelea, que ocurrió en uno de los palcos, se originó cuando los dirigentes
criticaban al equipo por el mal rendimiento y los futbolistas que no habían
sido convocados salieron en defensa de sus compañeros.
Esta vez la violencia en el clásico platense no fue entre rivales como hace 42
días en Mar del Plata cuando los jugadores de ambos equipos protagonizaron una
batalla campal que terminó con 14 suspendidos sino que ahora los protagonistas
fueron integrantes del mismo club.
En el palco estaban Lucas Leiva, Juan Ignacio Silva, Manuel Guanini y Nicolás
Contín, entre otros. (Télam)
