“La expansión y universalización del uso de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TICs) y de internet a través de cualquier
medio, permitió la aparición de una nueva forma delictual por parte de personas
inescrupulosas que se valen de las TICs para entrar en contacto con menores de
edad con el fin de cometer delitos contra la integridad sexual de los mismos.
La gran información, que sobre todo los adolescentes vuelcan sobre sus perfiles
sociales, da pie a la aparición de pedófilos que mediante perfiles falsos o
haciéndose pasar por menores o pares se ponen en contacto con niñas, niños y
adolescentes que carecen de herramientas para identificar el peligro”, sostuvo
el parlamentario macrista en las argumentaciones del proyecto.
Cabe resaltar que este delito fue incorporado en 2013 al Código Penal con
sanciones de entre 6 meses a 4 años de prisión a quienes lo cometan.
Según contempla el artículo 128 bis del Código Penal, la pena contempla a quienes “por intermedio de identidad falsa, mediante la utilización de cualquier medio electrónico, cometiere acciones destinadas a ejercer influencia sobre un menor para que éste realice, a través del mismo medio, actividades sexuales explícitas o actos con connotación sexual”.
Además, establece que “la pena será de dos años a seis años cuando el material pornográfico obtenido a través de la conducta anterior sea utilizado para obligar al menor a hacer o no hacer algo en contra de su voluntad”.
Cada mes se producen en la Argentina un promedio cercano a la decena de abusos sexuales originados en engaños orquestados principalmente a través de la red social Facebook. Así lo indica un informe realizados por la ONG Defendamos Buenos Aires, que señala que cada día se producen entre seis o siete ataques por medio de la red social, que terminan en la Justicia por denuncia civil o penal. Esa cifra representa unos 200 ataques mensuales y un cinco por ciento de los mismos, unos diez ataques, son denuncias por abusos sexuales.