“Este mes tenemos que resolverlo”, confirmó su apuro el
ministro de Defensa, Oscar Aguad, que anticipó la creación de una Fuerza de
Despliegue Rápido bajo la órbita de su ministerio, integrada por las tres ramas
de las Fuerzas Armadas para prestar “apoyo logístico en la lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo”. El anuncio va en la línea con la doctrina
elaborada por el Comando Sur de Estados Unidos, que según aseguran los especialistas
promueve la intromisión de las Fuerzas Armadas en la seguridad interior. “Está
en los límites de lo que fija la ley, vamos hacia un Estado gendarme”, advirtió
el diputado Agustín Rossi, ex ministro de Defensa.
“Una de las cuestiones en las que estamos pensando, no a
largo plazo, sino que este mes tenemos que resolver, es la creación de una
fuerza de despliegue rápido”, dijo Aguad, que el próximo jueves partirá para
Miami, junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para reunirse con
funcionarios estadounidenses y recibir asesoramiento. Aguad explicó que la
nueva fuerza incorporará elementos de las tres armas –hoy solo existe en el
ámbito del Ejército– con el objetivo de brindar apoyo logístico en la lucha
contra el narcotráfico y el terrorismo.
“No significa que las Fuerzas Armadas se van a involucrar en
el tema de seguridad, porque está prohibido por ley”, aseguró en un primer
momento el ministro, aunque acto seguido aclaró que la nueva fuerza funcionaría
como un “apoyo” en temas de seguridad interior. “Tiene que ver con darle un
apoyo, el Ejército tiene en condiciones operativas 40 mil hombres que pueden
prestar una gran colaboración en materia de seguridad interna pero en el tema
logístico”, reafirmó. También consideró que las Fuerzas Armadas deben
rediseñarse y prepararse para las “nuevas amenazas”.
La Ley de Seguridad Interior limita la participación de las
Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interna; sólo las habilita en casos
extremos de excepcionalidad, con la declaración del estado de sitio. Por eso,
la creación de la nueva fuerza aparece como una posible puerta de entrada para
la participación de los militares en asuntos internos.
El ex ministro de Defensa Agustín Rossi cuestionó la
iniciativa. “La ley prevé el apoyo logístico y eso ya existe hoy. Por ejemplo,
poder utilizar los aviones del Ejército o camiones para llevar suministros a un
puesto sanitario. Pero en ningún caso significa una fuerza de despliegue rápido
armada. ¿Para qué querés una fuerza así si no es para actuar en seguridad
interior?”, se preguntó el diputado del FpV, poniendo en duda las intenciones
del gobierno de Cambiemos. Ayer, la ministra Bullrich confirmó que su cartera
busca modificar la doctrina de seguridad para “invertir la carga de la prueba y
otorgar el beneficio de la duda” a los policías que participen en
enfrentamientos.
En diálogo con PáginaI12, Rossi consideró que la creación del nuevo escuadrón responde al alineamiento de la política de seguridad nacional con el Comando Sur de los EE.UU., que involucra a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico. "El Comando Sur es la representación del Pentágono para América latina. En ninguna región del continente donde se involucró a las Fuerzas Armadas en el combate narco ha habido resultados positivos. Por lo contrario, el efecto fue el inverso: generó un espiral de violencia en la sociedad. Tal vez la experiencia más negativa en este sentido sean los Zetas de México", expresó.
Y añadió: "la creación de esta fuerza es una manera de empezar a involucrar a las Fuerzas Armadas en los asuntos internos. Y no está disociado del rumbo que ha tomado la política de seguridad tras el caso Chocobar, que fue respaldado hasta por el Presidente. Vamos hacia un Estado gendarme, con un aumento del poder represivo y mayor violencia institucional"
A pedido de quién
El antecedente de esta nueva fuerza sería el decreto de
enero de 2016 que habilitó el derribo de avionetas no identificadas,
supuestamente en manos del narcotráfico, por parte de la Fuerza Aérea. Para
muchos, el decreto fue una manera de obviar la Ley de Seguridad Interior y
permitir de manera “oblicua” el accionar de las Fuerzas Armadas en cuestiones
internas. La doctrina de las nuevas amenazas podría ser la puerta de entrada
para la militarización de diferentes territorios y el ingreso de fuerzas
extranjeras, que hoy necesitan una autorización expresa del Congreso.
Para la especialista en seguridad y narcotráfico Paola
Spatola, la creación de esta nueva fuerza implica un peligro: “Una cosa es que
las Fuerzas Armadas reemplacen a las fuerzas de seguridad en el resguardo de
objetivos estratégicos, eso es viable y se hace. Otra muy distinta es que
presten colaboración, con despliegue incluido, en la lucha contra el
narcotráfico y el terrorismo”, dijo la académica. Para Spatola, otro punto
oscuro del nuevo comando es quién va a poder requerir su actuación: ¿será un
juez que instruya alguna causa por narcotráfico o será el Ejecutivo? “No es un
dato menor quién va a requerir y supervisar cómo se ajusta el actuar de una
fuerza con despliegue. Si va a quedar a disposición del Ejecutivo, van a terminar
haciendo tareas que exceden La ley de Defensa”, remarcó la especialista.
Spatola también opinó que las experiencias de los países vecinos no llevan a pensar en una intervención exitosa de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, sumado a que las fuerzas no están capacitadas para eso. “Sería mucho más proactivo generar una fuerza federal dedicada a los delitos complejos”, dijo, y remarcó otro dato preocupante de las funciones de la nueva fuerza: el cuidado de los recursos naturales, lo que podría utilizarse contra los pueblos originarios que reclaman el acceso a sus tierras ancestrales. “Plantear esto es peligroso, es contribuir a formar el enemigo interno –finalizó Spatola–. Son situaciones que se resuelven a través del diálogo y consenso.” (Fuente: Página 12)