El juicio, que duró cuatro meses y contó con setenta testigos, se encuentra en su etapa final. Alperovich tiene la oportunidad de dirigirse al tribunal antes de conocer su sentencia.

"No voy a hacer uso de la palabra, señor juez", dijo el tres veces gobernador tucumano ante Juan Ramos Padilla.

En un tribunal lleno de periodistas, se espera con nerviosismo el veredicto, que se dará esta noche. El exsenador sostiene que las acusaciones son "orquestadas".

Al retirarse de la sala, custodiado y acompañado por su familia, optó no hacer declaraciones a la prensa. La que habló fue su hija Sara, cuando le pregutaron por qué su padre no había querido decir sus últimas palabras. “Ya declaró ocho horas”, dijo en referencia a la jornada en la que brindó su testimonio y negó todos los hechos.

Alperovich podría recibir una pena de 22 años de cárcel, tal como pidió la querella, representada por Pablo Rovatti y Carolina Cymerman del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos Graves del Ministerio Público de la Defensa.

El político está acusado de haber violado en reiteradas ocasiones a su sobrina y exsecretaria. El fiscal Sandro Abraldes exigió una pena de 16 años y medio por abuso sexual agravado por acceso carnal en seis oportunidades, y por haber cometido al menos tres hechos de abuso sexual, dos de ellos en grado de tentativa. Todo en concurso real, es decir, se debe considerar la pena por separado. Tomó como agravantes el sometimiento, la asimetría de poder y la autoridad que tenía como funcionario público, además del deterioro físico y psicológico que sufrió la denunciante.

En contraste, el abogado defensor pidió la absolución de su cliente, insistiendo en la inocencia de Alperovich. Señaló que “los hechos denunciados no existieron” y aseguró que el testimonio de la joven se trata de un “relato aprendido y estudiado” para perjudicarlo.