09.09.24
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"Betty" Argañaraz: aunque la Justicia la sepultó, su familia la sigue buscando

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Este 31 de julio se cumplieron 18 años desde la desaparición de Beatriz Argañaraz, la docente asesinada por las ex novicias Nélida Fernández (hoy Marcos) y Susana Acosta. En 2009, un tribunal las encontró culpables de homicidio, a pesar de que el cuerpo de "Betty" nunca apareció. Actualmente, ambas asesinas se encuentran en libertad condicional.

Se trata de un caso polémico y paradigmático. Nunca antes el Poder Judicial de Tucumán se había encontrado con un caso similar, de tanta relevancia pública y teniendo que resolver, sobre todo el juzgado de ejecución penal, un sinnúmero de pedidos por parte de las condenadas. Casamiento entre las asesinas, cambio de género, pedidos de salidas transitorias con pericias en contra y, finalmente, varios pedidos de libertad condicional. Además, se trata de uno de los no tan abundantes casos de condena sin cuerpo.

La única certeza de estos 18 años es que Nélida Fernández y Susana Acosta asesinaron a "Betty" por una combinación de celos, envidia y codicia. La mataron a golpes en el departamento en el que convivían ambas y se deshicieron del cuerpo de la maestra. En 2009, un tribunal consideró probado el crimen y la responsabilidad de Fernández y Acosta, y las condenó a 20 años de prisión. A 2 años de cumplir la totalidad de la pena, las ex novicias aún sostienen su pacto de silencio, aquel que sellaron el mismo día en que planificaron el homicidio.

"Había preparado todo para que salga todo perfecto ese día, en que ella asumía la dirección del Colegio San Francisco. De repente cambió todo, con esta terrible noticia de que nunca llegó al colegio. Son 18 años de dolor, de mucha incertidumbre, de no poder cerrar una etapa. Lamentablemente, la Justicia no nos dió respuestas a la familia. Su cuerpo nunca fue encontrado, nunca nos la devolvieron a Betty", señaló -entre llantos- Liliana, hermana de la maestra.

Durante años Liliana sintió que vulneraban su derecho a la justicia. Con cada medida que solicitaban las ex novicias, y que la Justicia autorizaba, el puñal calaba más hondo en su pecho. En primer lugar, el hecho de que nunca fueran separas a pesar de ser condenadas fue motivo de muchas noches de insomnio y otros tantos días de guardia en Tribunales reclamando contra “esta injusticia”.

En 2013, Fernández y Acosta se casaron dentro del penal de mujeres y lo celebraron con las otras internas. Dos años después, en noviembre del 2015, Nélida recibió su nuevo documento y desde entonces es conocido legalmente como Marcos Daniel. Ese día, un jueves 12 de noviembre de 2015, Liliana se hizo presente en la puerta de Tribunales para exigir que Marcos sea trasladado a Villa Urquiza, argumentando que desde ese momento la asesina de su hermana es, según su DNI, un hombre.

“Todo lo que ellas quieren hacer dentro del penal se les está otorgando. Todos estos años nosotros venimos pidiendo a la Justicia que tiene que haber una separación. No pueden seguir conviviendo bajo un mismo techo como si estuvieran en su domicilio. Vamos a pedir que, si ella ya está con el cambio de identidad, lo que corresponde es que sea trasladado a Villa Urquiza”, sostuvo Argañaraz en aquel entonces, mientras sostenía en sus manos la foto enmarcada de "Betty", una imagen que la acompañó en cada movilización y cada audiencia judicial.

Como era de esperarse, el pedido fue desestimado por el juez de Ejecución de Sentencia, quien argumentó que de concretarse el traslado ponía en peligro la integridad de Marcos.

Unos años después, y cuando ya habían cumplido unos 16 años de condena, las ex novicias lograron que se les autorizara a realizar salidas transitorias, un beneficio que había sido desestimado en varias ocasiones anteriores. Pero el momento más traumático para Liliana llegó en junio de 2023, cuando la jueza Ana María Iacono resolvió otorgarle la libertad condicional a Susana Acosta, a pesar de la oposición del Ministerio Público Fiscal, que argumentó su postura con informes psicólogicos que desaconsejaban el otorgamiento del beneficio.

La particularidad del caso es que en el mismo momento, y apoyado por los mismos informes psicológicos, se rechazó el otorgamiento del beneficio a Marcos Fernández. Dichas pericias, que citó el MPF para impugnar la decisión sobre Acosta, resaltaban que era importante considerar la implicancia subjetiva a la hora de tomar una decisión. En resumidas cuentas, señalaban que las condenadas no reconocen ser culpables y por lo tanto no tienen arrepentimiento. En otras palabras, el tiempo pasado en prisión no generó el efecto que debería para que puedan reinsertarse en la sociedad.

Y por si fuera poco, en mayo de este año, y después de varias idas y vueltas, llegando el caso incluso hasta el ámbito de la Corte Suprema, la jueza Iacono resolvió, de manera sorpresiva, acceder al pedido de libertad condicional de Fernández. La medida fue shockeante para la familia de la víctima, desde donde no entienden como es posible que el caso haya dado un giro de 180 grados en menos de un año, y sin haber mediado ninguna situación de arrepentimiento por parte del asesino.

En el marco de una conferencia de prensa que brindó este miercoles, Liliana aseguró que su familia sigue luchando incansablemente como el primer día, buscando respuestas y justicia. A pesar del tiempo, todavía guarda esperanzas de conocer el paradero de su hermana, aunque en su voz y su rostro se evidencia el cansancio de tantos años de insomnio y la resignación ante un Estado que no logró ofrecerle un cierre a tanto dolor.

"Todavía hoy, año 2024, sigue vigente una recompensa para quien aporte datos sobre mi hermana, una recompensa de $150 mil. Eso vale Betty para el Poder Ejecutivo", sentenció.