El ex presidente Alberto Fernández alcanzó un nuevo récord negativo en su carrera política, convirtiéndose en el dirigente con peor imagen en las últimas décadas, según el último informe de Poliarquía. La encuesta, titulada "El estado de la opinión pública en agosto de 2024", muestra que Fernández ostenta una imagen negativa del 92%, un nivel sin precedentes en la historia política reciente.

El informe, distribuido entre los clientes de la consultora, detalla cómo el deterioro en la imagen de Fernández se aceleró en los últimos meses. Mientras la figura del ex presidente enfrenta investigaciones por corrupción y presuntos maltratos a su ex pareja, su valoración positiva se desploma a apenas el 2%, con un significativo porcentaje de encuestados optando por no expresar una opinión.

Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, destacó que el informe refleja el impacto negativo del escándalo sobre la percepción pública de Fernández. "Es el peor valor que tenemos en nuestros registros para cualquier dirigente," afirmó Catterberg. Esta caída en la imagen contrasta marcadamente con la valoración que Fernández tenía a mediados de 2020, cuando, durante la pandemia, su figura gozaba de una alta aprobación y era comparada favorablemente con otros líderes históricos como Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner.  

El informe también ofrece una visión sobre el panorama electoral para 2025. En este contexto, los libertarios, liderados por Javier Milei, se consolidan como los favoritos en las encuestas. Según el análisis, el 39% de los encuestados expresan su intención de votar por candidatos apoyados por Milei, mientras que el apoyo a candidatos de la oposición ha disminuido, pasando del 38% al 30%. La proporción de electores indecisos se sitúa en un 18%.

Además, el informe señala que Mauricio Macri obtuvo un incremento en su imagen positiva, alcanzando su mejor registro desde que dejó la presidencia en 2019. Este repunte se produce en un momento en que Macri se distancia de Milei y retoma un papel activo en la política nacional.

El panorama actual también revela preocupaciones sobre la inflación y el empleo. Los indicadores muestran un deterioro en las expectativas inflacionarias y un creciente temor entre los ciudadanos acerca de la pérdida de empleo, alcanzando el nivel más alto de preocupación en la última década.