Las continuas victorias del presidente Javier Milei en materia parlamentaria reflejan las fragilidades del sistema republicano argentino. Que un presidente con minoría en el Congreso haya logrado hacer o deshacer a diestra y siniestra a su antojo, revela que nuestro sistema hiperpresidencialista representa un enorme obstáculo a la hora de establecer políticas a largo plazo, lo que pone en peligro la estabilidad de cualquier modelo político.
"Los presidentes tienen todo el poder de la lapicera para bajar fondos a los goberndores de manera discrecional. El apoyo de Osvaldo Jaldo al presidente tiene que ver con eso, con que la forma de distribución de los fondos no son tan transparentes y evidencian la fragilidad de la institucionalidad en Argentina", consideró Pisarello.
El especialista se lamentó que cada gobierno que asuma tenga en sus manos el poder de destruir todo lo actuado por quien lo precedió y que ese poder se extienda sobre la realidad política y -fundamentalmente- económica de todas las provincias.
"Hay que descubrir que modelo de país queremos. Queremos destruir lo que estaba, pero para reemplazarlo por qué modelo. Queremos darle ventajas a los empresarios que ya concentran grandes capitales o avanzamos en un país seriamente industrializado, pujante y creciente. Los países que más avanzan tienen una característica fundamental: toman decisiones a largo plazo, tienen estabilidad y seguridad jurídica", añadió.
En ese sentido, consideró que constantemente se ponen en debate las mismas cuestiones, incluso aquellos temas que parecen zanjados y que gozan de un gran consenso, como es el caso de las universidades nacionales.
"La universidad pública, que es un pilar de la democracia argentina, que resistieron los embates de la dictadura y que aportan al desarrollo social, están siendo atacadas y desprestigiadas, tratando de romper un consenso, que es de los más fuertes que tiene la sociedad argentina", sentenció.