21.11.24
Jueves | 04:51

Cáncer de piel: cómo debemos cuidarmos de los dañinos rayos del sol

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"La mayoría de los cáncer de piel están relacionados con quemaduras importantes antes de los 15 años. Por eso los niños deben estar especialmente a resguardo", explicó la Dra. Silvia Salazar de Talamazzi. La especialista y jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Ángel C. Padilla, en diálogo con Prensa Multimedios brindó recomendaciones sobre cómo proteger la piel para evitar lesiones graves.

El cáncer de piel, en particular el melanoma, es una de las patologías más prevenibles, pero requiere de una detección temprana para ser tratado eficazmente. Es paradógico entonces que los estudios estuvieron siempre dirigidos a la prevención en adultos, pero no en la infancia. La razón es simple: el daño solar que acumula un niño es el que se refleja en problemas cutáneos en la adultez. La piel de los niños es el espejo de lo que sucederá más tarde.

La exposición al sol en la infancia es clave. Los daños provocados en estos primeros años son los que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la vida adulta. “Todos los pacientes adultos que sufren de cáncer de piel tienen en común la acumulación de daño solar durante la infancia”, sostuvo Talamazzi.

Una tarea de prevención responsable debe estar orientada a promover los controles de lunares en niños, un aspecto que suele pasar desapercibido para los padres. La dermatóloga detalló que, si bien muchos padres creen que los niños nacen con los lunares que tienen, lo cierto es que estos comienzan a aparecer a partir del primer año de vida y se incrementan significativamente entre los 4 y los 6 años de edad.

“Es importante que los padres sepan que los lunares pueden seguir apareciendo durante los primeros años y que su evolución debe monitorearse. En la consulta dermatológica se pueden identificar los riesgos a tiempo”, destacó.

Los especialistas recomiendan realizar un control dermatológico al nacer para detectar posibles lunares congénitos, que son aquellos de gran tamaño y color oscuro; y que tienen mayor predisposición a desarrollar melanoma. Los controles regulares deben hacerse una vez al año en niños saludables.

El sol es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel. Aunque la protección solar es esencial, muchos padres no son conscientes de la importancia de utilizar productos legítimos.

Según la dermatóloga, “el protector solar es una de las medidas preventivas más importantes. Es importante elegir productos de marcas reconocidas, ya que los de dudosa procedencia pueden no ofrecer la protección adecuada”.

Además de usar protector solar, Sosa explicó que las sombras naturales, como la de los árboles, no protegen completamente a los niños. “La resolana, el reflejo del sol sobre superficies como el agua o la arena, también puede dañar la piel de los niños. No basta con estar a la sombra; es necesario aplicar protector solar cada dos horas y especialmente después de nadar o sudar”, sentenció.