A través del decreto 1027/2024, publicado este jueves en el Boletín Oficial, se dispuso que el 2 de mayo, el 15 de agosto y el 21 de noviembre sean días no laborables puentes turísticos. Según detalla el texto normativo, el objetivo de estos días es promover el turismo en temporada baja y fomentar esta actividad. Sin embargo, al no ser feriados, como venía ocurriendo desde las presidencias de Cristina Fernández, casi con seguridad que esas fechas no cumplirán con su objetivo.
Sucede que la ley 27.399 faculta al gobierno a fijar hasta tres días feriados o no laborables -que deberán ser lunes o viernes- con la finalidad de promover la actividad turística. Generalmente, se adoptan estas medidas con el objetivo de que haya fines de semana “extra-largos”. Sin embargo, a diferencia de otros años, esta vez el Poder Ejecutivo definió que los puentes turísticos serán “días no laborables con fines turísticos” en vez de “feriados con fines turísticos".
Este no es un dato menor si se toma en cuenta que la ley de Contrato de Trabajo establece que en los días no laborables el trabajo será optativo para el empleador, salvo en bancos, seguros y actividades afines. En otros términos, cada empresa tiene la facultad de darle el día libre o no a sus trabajadores. En dichos días, los trabajadores que presten servicio percibirán el salario simple, sin adicionales. Lo que equivale a decir, que salvo honrosas excepciones, esos días la actividad privada serán normal.
La medida fue duramente críticada por varios sectores, pero fundamentalmente por los empresarios y emprendedores que subsisten del turismo. Para el referente de CAME, Gregorio Werchow, la decisión se adoptó por presión de los sectores industriales y no tiene justificación. Además sostiene que perjudicará al sector turístico. "Se elimina la posibilidad de que los fines de semana tengan un día más, lo que hace que el interior del interior tenga una distribución más equitativa de los ingresos, como lo vemos en cada uno de los informes del impacto económico que generan los fines de semana largos", señaló.
En este sentido, consideró que "es una medida no muy feliz", que se toma "en un momento en el que necesitamos la equidad distributiva". "Esto le quita la posibilidad a las economías regionales de trabajar mejor. No se justifica cambiar el sistema por 2 días al año", agregó.
Para reforzar su argumento, el empresario detalló que en los 6 fines de semana largos del 2024, "se movilizaron 11.200.000 personas, generando un impacto económico de 2.000 millones de dólares. Esto demuestra la importancia de los fines de semana largos".