A partir de enero, las tarifas de electricidad y gas sufrirán un aumento del 1,6% y 1,85%, respectivamente. Estos ajustes estarán por debajo de la inflación proyectada. Este mes, el Gobierno ya había autorizado subas del 2% en luz y 2,5% en gas en los precios mayoristas.

Las nuevas tarifas reflejarán actualizaciones en el Costo Propio de Distribución (CPD), el Costo de Energía Suministrada en Malas Condiciones (CESMC) y el Costo de Energía No Suministrada (CENS). Empresas como Edenor, Edesur, Transener y otras distribuidoras ajustarán sus cuadros tarifarios.

Límites para consumos subsidiados

El esquema de subsidios seguirá vigente, aunque con restricciones. Los usuarios de ingresos medios (Nivel 3) pagarán tarifa plena si superan los 250 Kwh/mes, mientras que los de ingresos bajos (Nivel 2) tienen un límite de 350 Kwh/mes.

Actualmente, 9,5 millones de usuarios eléctricos y 5,3 millones de usuarios de gas reciben subsidios. A pesar de las actualizaciones tarifarias, el Gobierno mantiene estos beneficios para gran parte de la población.

Preparativos ante el calor: planes para evitar cortes

Aunque las altas temperaturas aún no impactaron de lleno, las distribuidoras aumentaron un 30% las cuadrillas de emergencia y reforzaron las redes. Además, la Secretaría de Energía acordó con grandes consumidores reducir su demanda en caso de necesidad, aunque este mecanismo aún no se ha activado.

Se espera que el verano traiga picos de calor, pero la mejora en las cuencas hídricas de Brasil y Yacyretá ofrece mayor estabilidad en el suministro. Aun así, especialistas advierten que la infraestructura sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda en momentos críticos.

Para prevenir cortes, el Gobierno aumentó las remuneraciones a generadoras mediante la resolución 294, incentivando el reemplazo de maquinaria obsoleta y el mantenimiento de equipos clave.