Hugo Santucho, referente del sector, contó que en estos últimos meses la actividad cayó más de un 40 por ciento en comparación con el año pasado. “Por la crisis económica cada vez menos gente pide reparto de comidas. Si a esto le sumamos el valor de los insumos de los vehículos, vemos que la actividad se hizo mucho menos rentable”, explicó.
“Nuestra situación es de precarización total. Es importante que el Estado nos dé una mano con alguna legislación. Son más de 5 mil familias que dependen del trabajo de reparto. Sin embargo, todo es cada vez peor. Los hechos de inseguridad son permanentes pero nadie nos protege”, agregó Santucho.
Debido a este contexto, muchos compañeros del sector debieron ingeniarse con alternativas laborales vinculadas a servicios de cadetería para empresas y casas de comida.
“No nos queda otra alternativa que ver opciones de trabajo. Para que se tenga una idea, muchas veces se nos pagaba la jornada laboral en una casa de comida por el mismo valor de una hamburguesa. Lamentable”, agregó Santucho.
Por otra parte, si bien aclaró no era su área laboral el traslado de personas, criticó el reciente secuestro de una moto a un trabajador que llevaba a una persona alcoholizada en Buenos Aires. "Siempre cortan por lo más simple, es decir, el trabajador. Si un taxi puede llevar personas que tomaron alcohol, por qué no una moto? Las leyes se hacen sin analizar el día a día", afirmó.