El Gobierno sigue aplicando la motosierra sobre los subsidios económicos en 2025. En los primeros dos meses del año realizó un recorte del 50% real sobre este tipo de gasto, según indica un informe realizado por la Asociación Argentina del Presupuesto y las Finanzas Públicas (ASAP). De acuerdo a este relevamiento, la baja de los subsidios, que se concentra en las ayudas para electricidad y para el transporte, tiene como contrapartida el incremento de las tarifas y los pasajes.
El estudio indica que en febrero, el total de los subsidios económicos decreció en 67,7% ajustado por inflación, de manera que acumula en el bimestre una baja del 49,8% descontado el efecto del IPC respecto de igual período del 2024.
Los subsidios energéticos cayeron en febrero 79,1% respecto de igual mes del año pasado, de manera que acumulan una contracción del 52,4%. En tanto, las ayudas para el transporte en febrero bajaron 44,1% y sumaron una retracción de 50,2% en los dos primeros meses.
Respecto a las transferencias al transporte automotor y ferroviario, se destacan una baja del 28,7% a Operadores Ferroviarios y del 56,5% de las destinadas al Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte.
En febrero, por otro lado, no se registraron transferencias al Transporte Aerocomercial algo que ocurre desde desde junio de 2024. Dentro de las Transferencias de otros sectores, figuran las destinadas a la Casa de la Moneda y ACUMAR, y en menor medida a Radio y Televisión Argentina, a Fabricaciones Militares S.E., y a la Fábrica Argentina de Aviones General San Martín. En su conjunto, se redujeron en un 38,2%.
Mayores beneficios para empresas tecnológicas
La contracara de la política de ajuste que aplica el Gobierno de manera indiscriminada cuando se trata de salarios, jubilaciones, pensiones, obra pública, infraestructura, ciencia y técnica, educación, salud y subsidios económicos, es la postura que asume a la hora de sostener y mejorar los beneficios fiscales para grandes empresarios del rubro tecnológico.
El miércoles de la semana pasada, justo el día de la marcha de jubilados y la dura represión en el Congreso, el presidente Javier Milei dispuso por decreto que la partida destinada al régimen de Economía del Conocimiento será para este año de al menos $195.000 millones. Es un 30% más con respecto al monto total del año pasado y se ubica 10 puntos por sobre la inflación proyectada para el año.
Se trata de una de las partidas que más subieron, por lo menos hasta el momento, en términos nominales, y es similar al monto destinado al fondo especial por el desastre climático en Bahía Blanca. El incremento porcentual supera, en el primer bimestre del año, a partidas asignadas a programas sociales (más allá de AUH, y también jubilaciones), por caso.
Básicamente, se trata de una serie de beneficios y exenciones impositivas a las empresas que exportan software, plataformas tecnológicas, biotecnología y otros servicios profesionales. La principal empresa beneficiada por el régimen, por volumen y tamaño de su negocio, es Mercado Libre, el gigante tech cofundado y dirigido por Marcos Galperín, que en los últimos tres años recibió USD 250 millones en estos beneficios, según detalló semanas atrás Infobae con datos del propio balance de la compañía.
Según el Gobierno, lo que recibe cada empresa incluye beneficios del régimen nacional, y de otros regímenes de provincias o de CABA. En cuanto a los beneficios nacionales, hay principalmente dos, el reintegro de contribuciones patronales por los empleados elegibles, y la menor tasa de impuesto a las ganancias, con un 20% de descuento para las grandes empresas, y un 60% de descuento para las pequeñas empresas participantes del régimen.
Lo curioso del caso es que la empresa de Galperín, el hombre más rico de la Argentina con una fortuna personal de USD 8.200 millones, según Forbes, continúe recibiendo asistencia estatal siendo una gigante con más de 25 años de experiencia. Sabido es que los subsidios suelen ser una medida de apalancamiento importante para los inicios, pero que se suponen son temporales. En este sentido, conviene recordar que Mercado Libre tuvo en 2024 ingresos por USD 21.000 millones y su fintech, Mercado Pago, por USD 8.600 millones. Además, la compañía tiene un valor de mercado de casi USD 105.000 millones, más que las otras 20 locales que cotizan en EEUU sumadas, entre ellas bancos y energéticas importantes.
Resulta llamativo entonces que en un marco de ajuste fiscal se sostengan las siderales ganancias que usufructúan los empresarios más acomodados del sector, subsidiados por el Estado. Ganancias que además no se reinvierten en el país. Mientras Mercado Libre anunció USD 3.400 millones para Méjico en 2025, para Argentina anunció apenas un desembolso por USD 75 millones, los que cubrirá con los subsidios del Estado. Tampoco es un detalle menor que mientras su empresa se beneficia del erario público, su dueño eligió mudarse a Uruguay y no tributar en la Argentina. Galperín es un férreo defensor de la gestión de Javier Milei, quien decidió extender y mejorar el beneficio durante 2024 y 2025.
