El gobierno de Italia limitó los requisitos para que los argentinos puedan acceder al pasaporte. Con esta nueva medida, solo hijos o nietos de ciudadanos italianos podrán solicitar el documento.
Antes de esa modificación, la ley de 1992 permitía que derecho por sangre podrían tramitar el pasaporte italiano todos los descendientes de tercera o cuarta generación. La medida fue anunciada por el vicepremier y canciller, Antonio Tajani.
“A partir de la medianoche ya no se podrá pedir la ciudadanía con las viejas reglas, sino solo si se tienen hasta a abuelos italianos”, aseguró.
“El principio del derecho de sangre no será abolido y muchos descendientes de emigrantes podrán obtener la nacionalidad italiana”, aclaró el funcionario, pero “se pondrán límites precisos para evitar abusos o fenómenos de comercialización de pasaportes italianos”.
“La nacionalidad debe ser una cosa seria”, remarcó.
El Ministerio de Relaciones Exteriores citó como ejemplo a la Argentina, que tiene la comunidad de inmigrantes italianos más importante fuera de ese país, donde 20.000 descendientes obtuvieron la nacionalidad en 2023 por el derecho de sangre, y 30.000 en 2024. En Brasil, al menos 14.000 personas obtuvieron la nacionalidad en 2022 y unas 20.000 en 2024.
Según un cálculo del gobierno italiano, con la ley que estaba en vigor hasta ahora, entre 60 y 80 millones de personas en el mundo podían reclamar la nacionalidad italiana.
“La reforma liberará recursos para hacer que los servicios consulares sean más eficientes, en la medida que podrán dedicarse en vía exclusiva a quien tiene una necesidad real y una relación concreta con Italia”, indicó el funcionario.
Con esta medida también harán modificaciones sustanciales a la ley de ciudadanía, como que los ciudadanos nacidos y residentes en el exterior mantengan en el tiempo “vínculos reales” con Italia, a través del ejercicio de los derechos y deberes del ciudadano al menos una vez cada 25 años.
Además, se revisarán procedimientos para hacer el trámite, por lo que los residentes en el exterior ya no deberán acudir a los consulados, sino a una oficina especial centralizada de la cancillería italiana, con el objetivo de que los trámites sean más eficientes y que los consulados se concentren en la erogación de servicios para quienes son ya ciudadanos y ya no en “crear” nuevos.