
El Museo Timoteo Navarro reabrirá sus puertas con una muestra performática
El sábado 26, domingo 27 y martes 29 de abril se presenta "Umbral". Con entradas agotadas, se habilitarán nuevos cupos para próximas funciones.
El Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro volverá a abrir sus puertas al público con una reapertura simbólica, tras cinco años cerrado por refacciones edilicias, para presentar la muestra “Umbral”, una propuesta artística performática que combina danza, canto y música.
Las presentaciones se llevarán a cabo los días 26, 27 y 29 de abril, y ocuparán distintas áreas del museo, que vuelve a la vida mientras aún se completan tareas de reacondicionamiento. En la oportunidad, las entradas están agotadas, pero se habilitarán próximas funciones. Información en las redes sociales del Ente Cultural y su canal de Whatsapp Cultura Tucumán.
Aunque aún quedan pendientes trabajos de remozado en paredes y salas, esta reapertura parcial propone un “mientras tanto” cultural: una forma de experimentar el edificio en su estado actual y ofrecer una experiencia innovadora tanto a tucumanos como a turistas.
“El objetivo es mostrar el edificio por dentro”, señaló Humberto Salazar, presidente del Ente Cultural de Tucumán. “Se realizó una inversión importante en su consolidación estructural. Parte del terreno había cedido por cañerías rotas que socavaron sus cimientos. Por eso se aplicó un sistema de micropilotaje muy importante. Hoy, el edificio está estructuralmente consolidado y sólido”.
Las obras actuales se centran en la recuperación de elementos estilísticos y ornamentales. Aun así, Salazar celebró que el museo “pueda comenzar a recibir actividades y mostrar su vitalidad e integridad”.
Sol Rodríguez Díaz, directora del museo, confirmó que la reapertura será simbólica, ya que solo se habilitará una parte del edificio donde tendrá lugar la performance. La fecha del 29 coincide con el Día Internacional de la Danza.
“La obra propone activaciones de sitio específico, mientras seguimos trabajando para abrir completamente el museo. Queremos que la comunidad se siga apropiando del espacio, porque este es un museo vivo”, destacó.
Martín Piliponsky Braier, director de la Compañía de Danza Contemporánea del Ente Cultural, describió a “Umbral” como una obra transdisciplinar que “fusiona múltiples lenguajes artísticos” y representa “la única forma posible de construir comunidad”.
“La compañía puso el cuerpo en este espacio en resonancia, que grita arte y necesidad de apertura”, expresó el arquitecto, bailarín y docente.
La instalación incluye paneles con frases y un muestrario de vestuario que cubre las paredes de la sala central, logrado gracias a los vestuaristas del Teatro San Martín, como el reconocido Julio Rojas y su equipo.
“La muestra refleja todos los recursos con los que cuenta el Ente Cultural. Trabajamos con lo que hay, no con lo que falta. No es un tiempo ideal, es un tiempo real. Y esta realidad del museo también puede ser inspiradora”, concluyó Piliponsky Braier.
Sobre el edificio
La sede actual del Museo Provincial de Bellas Artes es un referente de las principales obras públicas construidas en Tucumán en las primeras décadas del siglo XX.
El proyecto fue concebido entre los años 1905 y 1908 por el arquitecto belga Alberto Pelsmaekers (Bruselas, 1855 - Buenos Aires, 1923), quien se desempeñaba por aquella época como técnico del Departamento de Obras Públicas de la Provincia. Este Arquitecto también fue autor de los proyectos edilicios del Rectorado de la UNT y el Arzobispado de Tucumán.
La empresa Médici Hnos. tuvo a su cargo la construcción de este inmueble que estaba destinado a albergar al Banco de la Provincia de Tucumán, el que no poseía un edificio propio. Posteriormente, funcionó allí, durante un largo período, el Consejo Provincial de Educación.
El estilo arquitectónico del museo responde a una influencia académica francesa de la cual este edificio es uno de los más imponentes ejemplos que existen en la provincia. En una crónica de la época se menciona: ”fachada de dos plantas, ornada simétricamente, cuyo eje central se enfatiza por la amplitud de los vanos y el frontis (…) por detrás el volumen de la cúpula, correspondiente al vestíbulo (…).
Ciertamente, Pelsmaekers dotó al inmueble de una magnífica fachada de dos plantas, rematada por una cúpula en el eje, solución arquitectónica de jerarquía, reservada solo a los edificios significativos.
El arquitecto resolvió el espacio central con columnas de hierro fundido, un material audaz para ese tipo de edificio, y un techo móvil y vidriado, tipo claraboya, logrando uno de los ámbitos edilicios mejor concebidos en la ciudad de Tucumán. El sistema de ventanas con vitrales de temas modernistas logró otorgar una calidez especial a este ambiente El hall de entrada a doble altura, es coronado por una cúpula superior.
El salón principal, un cuadrado de 20 por 20 metros, tiene un techo sostenido por esbeltas columnas de hierro fundido que marcan un cuadrado menor de 12 por 12 metros. Vitrales con motivos florares y la gran claraboya central, logran un ámbito diáfano y de gran calidad arquitectónica.