Desde la asamblea andalgalense El Algarrobo, el vecino Sergio Martínez consideró que "los megaemprendimientos mineros no son otra cosa que una constante amenaza de muerte que afectarán a todo el NOA". Los estudios de impacto ambiental realizados por especialistas del Instituto Miguel Lillo de Tucumán, detectaron oportunamente la existencia de 360 fallas que aconsejaban no explotar la minería en la zona.
Atento a la falta de consenso social, lo que retrasa la explotación del emprendimiento de Agua Rica, en lo que sería una futura mina de cobre, molibdeno y oro, Martínez señaló al matutino santiagueño Nuevo Diario que de activarse el trabajo "no sólo afectaría a Andalgalá, sino que impactaría a una población cercana al millón de personas, porque nuestra ciudad está cerca de las nacientes que abastecen de agua no sólo a nuestra región, sino a Tucumán, y forma parte de los aportantes de la cuenca Salí-Dulce, que va luego a parar a Santiago del Estero", recalcó.
Por ello, y a partir de la experiencia vivida con La Alumbrera, manifestó que "el proyecto Agua Rica es el certificado de muerte de Andalgalá y de muchos otros pueblos de la región.
Si uno tomara real dimensión del daño que ocasionaría esto, también Tucumán y Santiago debieran ya ponerse en contra de este proyecto", consideró.
A partir de las más de 200 caminatas realizadas en la ciudad catamarqueña, en repudio a la empresa, Martínez señaló que no fue en vano el reclamo de la población para que Agua Rica postergara el inicio del emprendimiento.
"Esto es algo que lo venimos pensando desde 2004 aproximadamente, siempre bajo las luchas para oponernos a este trabajo. Ahora nos hablan de 2018 como año de inicio del la explotación minera, pero nunca entrarán en funcionamiento mientras la sociedad se oponga", relató.
Indicó que la instalación de estos emprendimientos mineros "son generadores de una fuente de energía y calor impresionante, y sabemos que los ecosistemas de nevados del Aconquija son tan frágiles que no soportarían esta actividad y se derretirían en muy poco tiempo, y no sólo nos quedaríamos sin agua nosotros, sino también Santiago del Estero", concluyó en forma tajante.
“La gente sigue resistiendo y Agua Rica no va a abrir si no hay un consenso social sobre el trabajo que harán”, dijo Nora Brizuela, de la Asamblea El Algarrobo, que en este momento se constituye en Andalgalá, Catamarca, como una de las organizaciones de mayor resistencia y conciencia ambiental que existe en la zona para frenar el inicio del megaemprendimiento minero de Agua Rica.
Los estudios de impacto ambiental realizados por especialistas del Instituto Miguel Lillo de Tucumán, detectaron oportunamente la existencia de 360 fallas que aconsejaban no explotar la minería en la zona.
En algunos de los ítems de las conclusiones arribadas por los especialistas, se indicaba, por ejemplo, que “el emprendimiento iba a ser negativo para el ambiente glaciar, periglaciar y naciente de los ríos, por el tipo de suelo colapsable, y por estar apenas a 14 kilómetros de la plaza central de Andalgalá”.
Al respecto, la asambleísta señaló que dicho documento “es público y cualquier persona puede solicitarlo y analizarlo”.
Brizuela explicó que “el gobierno, el pueblo y la asamblea, no están dispuestos a aceptar que la minera se establezca y no lo va a poder hacer”.
Recordó que las grandes capitales mundiales ya no pueden seguir sosteniéndose por la crisis económica.
“Estamos ya casi entrando al 2014, y la empresa no puede soportar los capitales”.
Aún así, precisó que esta situación “no quiere decir que dentro de unos años no exista una coyuntura para que las empresas mineras vuelvan a excavar en la zona”.