Es un caso polémico y paradigmático. Nunca antes el Poder Judicial de Tucumán se encontró con un caso similar, por lo que la decisión que tome podría marcar jurisprudencia. “Esto nos lleva a una nueva situación que vamos a plantear ante la justicia. Ya no tenemos una persona de sexo femenino por lo que no debería estar en el penal de mujeres. Vamos a pedir que, si ella ya está con el cambio de identidad, lo que corresponde es que sea trasladado a Villa Urquiza”, planteó Liliana.
No obstante, entiende la dificultad de su pedido, puesto que nunca pasó en la jurisprudencia de la provincia un planteo similar. “Sabemos que es complicado porque es la primera vez que pasa esto. Esta cuestión queda ahora en el tapete, está para que puedan discutirla y analicen las leyes o lo que sea necesario pero Marcos Daniel no puede estar en una cárcel de mujeres”, sostuvo.
Durante años, Liliana sintió que vulneraban su derecho a la justicia. Con cada medida que solicitaban las ex novicias, y que la Justicia autorizaba, el puñal calaba más hondo en su pecho. En primer lugar, el hecho de que nunca fueran separas a pesar de ser condenadas fue motivo de muchas noches de insomnio y otros tantos días de guardia en Tribunales reclamando contra “esta injusticia”.
En 2013, dentro del penal, Fernández se casó con Susana Acosta, la otra condenada por el crimen de la maestra. “Todo lo que ellas quieren hacer dentro del penal se les está otorgando. Todos estos años nosotros venimos pidiendo a la Justicia que tiene que haber una separación. No pueden seguir conviviendo bajo un mismo techo como si estuvieran en su domicilio”, sostuvo Argañaraz.
A pesar del dolor, no pierde las esperanzas
En su rostro se denota el dolor y el cansancio de tantos años de una búsqueda sin respuestas. El pacto de silencio entre las ex novicias permanece inquebrantable luego de 9 años. No obstante, la posibilidad, aunque incierta aún, de que sean separadas reaviva la esperanza de Liliana de que alguna de las dos confiese el último paradero de “Betty”. “Yo no perdí nunca las esperanzas de hallar a mi hermana. Puede suceder que si se las separa se quiebre el pacto entre ellas y digan adonde esta Betty. Sé que no se van a acusar la una a la otra pero por lo menos que digan adonde está”, expresó, casi como una súplica.
Las ex novicias Fernández y Acosta fueron condenadas a 20 años de prisión, en diciembre de 2009. La sala V de la Cámara Penal las encontró culpables del homicidio de “Betty”, quien desapareció el 31 de julio de 2006 y cuyo cuerpo nunca fue encontrado.