La masiva presencia de personas se debe a la importante ventaja económica que supone un pasaje en tren respecto al de uno en ómnibus: un viaje en micro de larga distancia a Buenos Aires oscila los $1.800, mientras que un traslado ferroviario en la categoría Primera, la más económica, cuesta unos $370.
Para las cientos de personas que aguardan para conseguir un boleto la tarea se volvió un verdadero calvario. Al calor tucumano y las largas filas, se le suman la mala organización, la falta de higiene y de baños en la estación. “No hay agua ni baños. ¿Qué somos animales? Ni a los animales se los atiene así”, fue una de las quejas más recurrentes entre los usuarios.